Ciudad sin vanidad.
Grotescamente edificios
surgen de orificios.
Armonía combustible.
Polución inconfundible.
Belleza ante los ojos
de quien mira un momento.
Monumento a quien vive
y padece sus despojos.
Ciudad.
Lugar de culto
de quien somos
solo bulto.
Ciudad generalizada.
En cualquier lugar.
Ciudad de garganta ancha
y mirada envenenada.
Anónima bipolar.
Salgo a pasear un rato,
a desconectar.
Perros se estremecen
sobres sus heces.
En su cola colgado
el cartel, de no molestar.
Ciudad capital.
Ciudad de menos a más.
Ciudad inmoral.
Enfermizos ciudadanos.
Dulcineas feas
y Quijotes conformados.
Esquinas de medias rotas.
Aceras de pies descalzos.
Paredes emigrantes sangrantes.
Balcones con galones
de un voyeur consagrado.
Ciudad del mal.
Capital del pecado.
La calle,
un escenario involuntario.
Si paseo y te veo,
tú me evitas.
Aunque coincidamos
a diario.
Educación alterada.
Si no nos conocemos
ni saludarnos, ni nada.
Panal sin miel
de abejas viejas.
Apartamentos encajados
en un trozo de piel.
Empeñados de por vida.
Vida pública y callejera.
Enfrentados.
La humanidad
no es lo que era.
Solo quedamos
Dulcineas feas
y Quijotes
acomodados.
Photo by Arkaitz Morales www.arkaitzmorales.com
Texto By Txema Pinedo.
(el texto representa
una ciudad, global, generalizada,
no tengo nada en contra,
ni a favor, de Paris,
perfectamente fotografiada)
2 comentarios:
Las ciudades se nos están comiendo.
Lentamente pero sin pausa.
Es terrible.
Saludos.
se van a indigestar T.S
Publicar un comentario