Permanezco
a tu lado, acomodado.
Como
el paso del tiempo pesado.
Como
algo adherido a vivir contigo.
Quédate
y mírame,
no
soy digno de tu vacío.
Mis
impulsos por latir no tienen sentido sin ti.
Mi
aliento resulta indigesto.
Mis
suspiros ya se han ido.
Mis
palabras, manifiestos.
Es
hermosa la nada que dejaste en la cama.
Tu
silueta deformada.
Aun
huele la almohada a noches gastadas.
El
carmín color sangre caliente.
Mi
vida pende de un hilo, de ti pendiente.
Añoro
tus gritos, con desfachatez.
Tus
mimos esquivos.
Tu
apoyo cuando dormido no era consciente.
Tus
besos pensando en otra gente.
Todo
esto fue un hogar alguna vez.
Ahora
la calma lo hace desaparecer.
El
silencio chilla más aun
que
tu empeño despechado.
Esto
es un volver a empezar, sin voluntad.
Pero
con mucho descaro.
Las
paredes me agreden,
El
suelo que piso es deslizante,
El
pasillo, el camino desde la puerta
hasta
el infierno de una silla sola.
La
lluvia goteando en la ventana me controla.
El
reloj se frena de forma insinuante.
Los
espejos magnifican mi soledad.
Como
en una feria familiar.
En
unos me veo deformado.
Más
ancho, menos alto, mas afectado.
He
volteado los cuadros
Porque
cuentan más que yo.
Los
videos donde me querías
los guardé con melancolía
en
la sección de ciencia ficción.
Soy un garabato en el suelo.
El
arañazo de un gato
en
su última vida lasciva.
Un mezquino sin consuelo.
Un mezquino sin consuelo.
Soy
lo que dejaste sin terminar.
No
soy apto para salir a vivir.
No
dejo a nadie entrar,
Si
vienen por mi se han debido confundir.
El
cartero siempre llama dos veces,
En
mi caso me evita con creces.
No
tengo la correspondencia correspondiente
digna
de una persona corriente.
Solo
el deseo me impulsa
a
permanecer agonizando.
El
recuerdo de tu adiós,
del
mio no tanto.
De
cuando éramos dos, aun gritando.
De
cómo te volcaste en mi lecho de muerte.
Golpeando
el envoltorio de mi cuerpo gastado.
Mi ausencia es un peso pesado .
Mi ausencia es un peso pesado .
No
pude despedirme antes de irme
Y
voy con esa pena tras de ti, asolado.
Permanezco
a tu lado, acomodado.
Como
el paso del tiempo pesado.
Como
algo adherido a vivir contigo.
Quédate
y mírame,
no
soy digno de tu vacío.